sábado, 25 de mayo de 2013

Prólogo *Anne*


Pues sí, todo empezó ese caluroso tres de mayo. Acabábamos de mudarnos de nuevo a Londres, la ciudad donde nací hace 15 años. Habíamos vivido allí durante cuatro años, y luego, nos habíamos trasladado a España, hasta hace una semana. A papá le habían ofrecido un buen trabajo en la ciudad, una oferta que no pudo rechazar.
Por una parte, no me había dado pena irme, no tenía ninguna buena amiga ni hermanos con amigos que fueran a echar de menos. Solo añoraría una cosa, a él. Llevábamos juntos tan solo dos meses, los dos mejores de mi vida, y éramos inseparables. Él me comprendía de verdad, nos queríamos, era especial. Fue duro cuando se lo dije:
-Ángel, tenemos que hablar...
-¿Que pasa Ana?
-Nos volvemos a Londres.
No quiero recordar lo que sigue. Llantos, abrazos... Fue horrible. Corte con él. Yo no creo en las relaciones a distancia y a demás, ya no íbamos a volver. De todas formas, debía mirar hacia delante.
A penas me acordaba de hablar inglés, ya que en mi antigua escuela estudiábamos francés. Por eso, mamá me inscribió en una escuela en la que una clase estaba compuesta únicamente por hijos de trabajadores españoles, llamada Bilingual Section. A mí me pareció genial, tendría menos problemas con las clases. No era mala estudiante, sacaba muchos notables y sobresalientes. Esperaba que todo fuese bien.

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